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Arche de Port Blanc
© P. Baissac
Portivy
© Patrice Baissac
Port d'orange
© A. Lamoureux
Portivy
© Alexandre Lamoureux

Descubra Saint-Pierre Quiberon en la Península

Mapa turístico

Descubra Saint-Pierre Quiberon desde el istmo de Penthièvre hasta los lugares más bellos de la costa salvaje. Descubra un territorio bordeado al oeste por el océano con su costa salvaje, y al este por la bahía, con sus playas de arena fina. Cuando se está en Saint-Pierre Quiberon, el mar nunca está muy lejos.

Paseo por la Costa Salvaje

Desde el encantador puerto de Portivy, tome el camino costero y siga los kilómetros de costa salvaje. Entre acantilados azotados por el viento y esculpidos por el oleaje y dunas encaramadas, podrá admirar lugares emblemáticos y vistas excepcionales como el Port Bara, el arco de Port Blanc y la Pointe du Percho.

Playas para todos los gustos

En Saint-Pierre Quiberon, elija entre 17 playas para cumplir sus expectativas de rocas, arena fina y mar. Disfrute pescando a pie, nadando, paseando o relajándose... viva estos sencillos placeres en nuestras playas de arena fina.

Según le apetezca, disfrute de las numerosas actividades náuticas, que encuentran su espacio o bien, cerca de la bahía, en un lago excepcional, o en el océano. Surf, kite, carro de vela, kayak, buceo, se practican en cualquier época del año. Un grupo de profesionales le esperan para compartir su pasión por estos deportes, sin arriesgar su seguridad.

En julio y agosto, en la playa de Kéraude, cerca del puerto de Orange, el baño está vigilado.

Puertos auténticos

Portivy, un mundo en el fin del mundo, es el único refugio para los marineros que navegan por el océano. El pequeño puerto de Portivy nos descubre un pueblo de pescadores a orillas del mar. Camine hasta la capilla de Lotivy, no se pierda la puesta de sol en el mar, una vista que nunca deja de fascinar a los paseantes nocturnos.

Por el lado de la bahía, el Puerto de Orange ofrece una vista impresionante sobre la bahía de Quiberon. El paseo marítimo de Éric Tabarly invita a pasear por el paseo marítimo, donde hermosas villas de finales del siglo XIX recuerdan el inicio del turismo con la llegada del tren en 1882.

Las terrazas suspendidas, las tiendas de cercanía y las actividades de verano le permiten disfrutar de este pequeño puerto. La bonita playa de Kéraude con su arena clara y fina es un paraíso ideal para las familias.